El viernes pasado tuve la oportunidad de ir por algunas calles del Centro Histórico. Concretamente estuve caminando por el mercado de la Merced y el mercado Sonora. Tenía años, más de 10 me imagino, que no iba por esos lugares y menos tan tarde.
El escenario no podía ser menos alagador. Cientos de personas que viven al día, que trabajan duro para ganarse el pan y departir la sal. Lo mismo encuentras ropa de todo tipo como calzado, dulces, muñecos, e incluso también el negocio de la carne.
Sí, me refiero a la prostitución. 7 de enero, un día después de Reyes, puedes ver que para muchas mujeres, perdón, corrijo: para muchas niñas no hubo regalos, ni sorpresas, ni sonrisas. Pude ver en sus caras desconfianza y sobre todo tristeza.
Una tristeza que embarga a miles de niñas que viven hoy en la pobreza. Y no es que me espante de la prostitución, hay una frase que dice que es la profesión más antigua, lo que en verdad me espanta es la enorme incapacidad que tenemos como sociedad de no poder generar oportunidades, de no poder generar esperanzas, de no poderles dar un futuro.
Sé que de algo tienen que vivir, sería mejor que pudieran hacerlo con el esfuerzo de sus mentes y no de sus entrepiernas. Y no es por moralina es por justicia. Toda persona debería tener la oportunidad de escoger su destino.
En medio de la desesperanza muchas de estas niñas no tienen más destino que el denigrarse y sobajarse por unos cuantos pesos. ¿Cuánto vale la dignidad de una persona? No lo sé, lo que sí sé es que algo debería ocurrir para generar más oportunidades, y crear la certidumbre de un mejor futuro. O tú ¿qué piensas?
La vida es en sí un experimento...
Mauricio Martínez R.
mau_76@hotmail.com
Es una verdadera pena la condición social de algunas mujeres que se dedican a dicha actividad. Sin embargo, también hay que reconocer que no implica directamente a la generación de empleos o a una verdadera carencia de oportunidades.
ResponderEliminarHay personas, tanto mujeres como hombres, que están en esa actividad porque verdaderamente es redituable. Recordemos que la prostitución, en el panorama general, también tiene niveles que tienen como target a distintos extractos sociales; las niñas y mujeres que se ven en una calle sólo representan un sector, sin pretender con esto justificar otro tipo de conflictos sociales como la prostitución infantil por citar un ejemplo.
Por otro lado, como sociedad también deberíamos estarnos replanteando la forma en la visualizamos a las "sexoservidoras". Desde mi punto de vista, no creo que su actividad tenga que ser necesariamente una forma de denigrarse y mucho menos que la sociedad se empeñe en discriminar al "gremio", ya que estadísticamente, una buena parte de la misma sociedad ha recurrido al "servicio" en más de una ocasión.
Sería interesante conocer un estudio profundo de como ha evolucionado este mercado porque considero que ha llegado a la delgada línea de la sobreoferta.
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