Diciembre, amado diciembre. Recuerdo que todavía el año pasado muchos directivos de empresas se quejaban porque a partir del 15 de diciembre todo México moría... literal...muerto.
Llamabas a tus proveedores y nada... a tus distribuidores y nada... a tu despacho de diseño y nada... a tu agencia y en la fiesta. Caray, muertos, todos muertos. Se nos fueron a mejor vida... o mejor dicho: a la mejor fiesta.
Será una percepción muy local, pero este año ha cambiado. Ha sido un diciembre muy atípico. La actividad comercial no ha cesado, incluso se ha incrementado. No es el clásico diciembre donde todo queda a la mitad, justo a la mitad del mes. Sino al contrario: ¡necesitamos más tiempo!
Las metas comerciales del año anterior - y digo anterior porque estamos a una escasa semana de que termine - fueron el fiel reflejo de la economía: lentas. Hubo industrias que se vigorizaron, como de la construcción por ejemplo, pero en general no hubo el impulso deseado. Asunto que obliga a retomar nuevas medidas para el próximo año: un relanzamiento de marca, un nuevo producto, un nuevo comercial o una nueva estrategia de ventas.
Lo que es un hecho es que hoy más que antes hay menos personas que esperan que las cosas sucedan. Hay más gente preocupada por hacer que ocurran y se cumplan las metas. Esto al final del día redunda en una mayor movilidad económica, crecimiento y por ende, mayores oportunidades de empleo.
Me parece que este cambio en el entorno navideño es muy positivo, aunque sé que hay muchas personas que todavía añoran el clásico diciembre cuando podían plácidamente salir a medio día y nada ocurría... esos tiempos ya no volverán. ¿o tu qué piensas?
La vida es en sí un experimento...
Mauricio Martínez R.
mau_76@hotmail.com
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