Me encontraba en el cine y voltee, casi de costumbre, para observar a las personas a mí alrededor. Regresé la mirada a la película: "Una Navidad de Locos", una película que prometía mucho por la temporada, pero se quedó sólo en promesa.
Claro, para los niños que se encontraban en la sala resultó fenomenal, aunque en realidad, honor a quien honor merece, hubo uno que otro gag que resultó estupendo. Pero mientras la veía y trataba de adivinar qué pensaban las personas que se encontraban igual que yo "admirando", me surgió una duda tremenda: ¿Cómo celebraremos la navidad?
En la película se observa una familia clasemediera que se dispone a olvidarse de la navidad, mientras que todos los vecinos realizan hasta lo imposible para que esta familia la celebre. Caray. Me salta a la mente los trágicos sucesos de Tláhuac y la contrastante imagen de aquellos pobres hombres que no tendrán celebración. Y que para su mala fortuna no tuvieron algunos vecinos que pudieran impedir su trágico destino.
Al salir del centro comercial, por el pasillo veo un enorme árbol adornado con nochebuenas. Juraría que por lo menos en cada casa de esta ciudad hay un árbol, pero sin afán de ofender a nadie ¿Cuántos nacimientos hay? Me imagino que muchos, pero el punto es que, estamos en medio de una trasculturización terrible que ya tiene varias décadas, y sus efectos devastadores terminarán por restregarnos en la cara una horrible realidad que ya vivimos: No sabemos qué es la navidad.
Unos minutos antes de que empezara la película, dos personas se agarraron a golpes en los pasillos de un afamado complejo en Polanco, una de ellas argumentaba que su hijo había sido golpeado por la otra persona. Llegaron los de seguridad a imponer el orden. Sólo un comentario: La gente hoy en día está muy loca, se prende por cualquier cosa, y al final queda ese resentimiento, como si los golpes pudieran decirnos que merecemos el lugar en el cual nos encontramos.
Pero aun así... ¿Qué es la navidad? Lejos de saber el significado - que muy probablemente todos lo sabemos - lo importante sería vivirla y hacer de ese sentimiento no palabras, tarjetas, regalos o abrazos, sino acciones, creencias y convicciones. Que esa cosa que llamamos navidad sea un "algo" que nos permita pensar y reflexionar, y decidir que antes que soltar el golpe cabe en mi la prudencia. La paz sólo se vive y se alcanza si se empieza por uno mismo.
Quisiera poner un nacimiento. Es más, me gustaría tirar el árbol de navidad y prenderlo con juego. Y poner mi nacimiento. Es más me gustaría que los norteamericanos adoptaran esta tradición y pusieran un nacimiento. Y mientras estas líneas siguen... los tipos del cine se seguirán peleando por una cosa tonta, que - muy probablemente - sea el resultado de un mal entendido; las personas seguirán poniendo árboles, los norteamericanos seguirán gritando a los cuatro vientos sus tradiciones, pero una cosa sí es segura... los linchados en Tláhuac no tendrán navidad. Que triste.
La vida en sí es un experimento...
Mauricio Martínez R.
mau_76@hotmail.com
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