Siempre cuando hablamos de Navidad es recurrente pensar que son épocas de dar, de regalar, de estar con la familia y departir con los amigos. Cierto muy cierto. Pero aunque estas fraces forman parte de nuestro "ideario", deberemos decir - aunque suene con crudeza - que este momento anteriormente descrito se vive sólo en los primeros minutos del 25 de diciembre, o sea entre las 00.00 y las 00.015 minutos. Muy corto tiempo.
Es en este tiempo cuando todos están reunidos, es cuando al iniciar el nuevo día derepente estalla la alegría y los abrazos surcan por los aires buscando un alma receptora. Las sonrisas están por doquier adornando nuestros rostros y las palmadas en nuestras espaldas no cesan hasta haber correspondido al último de nuestros familiares, e invitados. La felicidad ha llegado a nuestras casas.
¿No es hermoso?... Claro. Sin embargo, para llegar a este punto pasamos un sinfín de peripecias. Desde que inicia diciembre los ánimos parecen calentarse, hay más gente en las calles, el tráfico se hace insoportable, todo mundo en diciembre sale, ya sea a realizar compras, a cenar, a tomar un cafecito, a visitar a amigos o familiares que hace mucho no veían, en fin.
Estos factores hacen que las personas estén a flor de piel, las peleas callejeras están a la orden del día, las aglomeraciones hacen que las señoras se crispen cuando alguna otra intenta meterse a la fila, por tener el último artículo de moda suelen arrebatarse las cosas y las que quedan están ya muy mayugadas. Esto es el real escenario de la Navidad.
Y en medio de esta vorágine de circunstancias quedan las compras. Diciembre es el mes en que más se gasta, hay gran parte de industrias que sólo trabajan para la venta en esta temporada. Y el resultado es crucial. Por ejemplo, hablemos de las cajas de regalos... ¿Cuándo estas podrán venderse en demasía si no es en esta época? El cartón debería ser más apreciado. Envolver nuestros regalos en cartón en lugar de alguna bolsa hecha en China por ejemplo.
El cartón es reciclable, y si es corrugado puede tener miles de usos. Y sobre todo el cartón es biodegradable. Además de que al comprar tus cajas de cartón, ayudarías al medio ambiente y por su puesto a la industria nacional. Una bolsa de plástico, al tirarla, estará después de que hayas muerto tu y tus hijos. En éstas épocas de dar, vale más regalar una caja de cartón, y si tienes un poco de imaginación, mucho después de abrir los regalos, alguna de ellas incluso puede llegar a convertirse en un lindo camión.Y a dar se ha dicho! ¿o tu qué piensas?
La vida es en sí un experimento...
Mauricio Martínez R.
mau_76@hotmail.com
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